viernes, 16 de septiembre de 2011

Carta al Defensor del Pueblo

Una nueva propuesta de acción: enviar una carta al Defensor de Pueblo quejándose de la actitud de Esperanza Aguirre y sus colaboradores contra los profesores. Éste es el modelo que proponen, con algún añadido:

En Madrid, a __ de septiembre de 2011

Estimado Defensor del Pueblo:

Mi nombre es (…) y mi DNI es (…) ; soy profesor/a de (...) en el CEIP/IES de la Comunidad de Madrid. Me permito suponer, para no alargar esta queja con datos y cifras, que usted está al tanto del conflicto que ha estallado entre la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y el conjunto de los profesores de la educación pública madrileña a raíz de los salvajes (creo que este es el adjetivo más generoso) recortes con los que la Comunidad pretende iniciar este curso.
Como Defensor del Pueblo le pido y suplico que atienda las peticiones de los profesores ante lo que considero (o consideramos) una agresión desmedida e injustificada a la educación pública y al conjunto de la comunidad educativa: docentes, familias y alumnado. Podría aquí añadirle datos y cifras. Si desea se las puedo enviar personalmente a su correo.
Pero además solicito que defienda públicamente a los docentes de las falsedades e injurias pronunciadas por Esperanza Aguirre, Lucía Figar y Ana Botella contra ellos desde el uno de septiembre. Como ciudadano español entiendo que es absolutamente intolerable que un político pueda decir públicamente y en los medios, con toda la prepotencia del mundo, lo que se le antoje acerca de un colectivo, sin que ello comporte sanción alguna. Le recuerdo que las tres políticas aludieron de forma despectiva e irónica al horario de los docentes de Secundaria, afirmando que solo trabajamos 20 horas semanales, dato falso, pues el horario de los docentes es como el de cualquier funcionario: de 37,5 horas semanales. Lógicamente, por las características de nuestra labor, las tareas se reparten entre horas lectivas (20, a partir de este curso), guardias, reuniones con familias y alumnos, preparación de clases, etc. Mintieron a sabiendas, apelando al infame “calumnia, que algo queda”.
Insisto, como ciudadana española perteneciente a un colectivo he sido (y me siento) agredida, humillada y ofendida por declaraciones públicas de representantes del pueblo de quienes se espera la suficiente capacidad y raciocinio para saber que no se puede emplear el insulto para lograr el enfrentamiento social. Tampoco se puede mentir, como hacen ellas al afirmar que los nuevos recortes no afectan a nuestras condiciones de trabajo. Pero si tiene tiempo e interés le puedo enviar por correo todas las declaraciones de Lucía Figar, Esperanza Aguirre y Ana Botella en relación a los profesores desde el uno de septiembre.
Por eso espero de Usted que intervenga en este conflicto pidiendo a las susodichas que dejen de ofender a los profesores. El pasado 8 de septiembre, la Consejera de Educación de Madrid llegó a asegurar que en la concentración por la educación pública celebrada el día anterior (7 de septiembre) estaban quienes habían pegado a los peregrinos. Esto es intolerable y debería ser motivo de una disculpa pública, que Usted debería solicitar.
Quiero terminar esta carta agradeciéndole de antemano su intervención en favor de un colectivo moralmente muy dañado, humillado, y ofendido, y que tiene en sus manos la nobilísima y humilde tarea de educar (no sólo de formar) a los futuros ciudadanos españoles, sobre todo a aquellos que por su situación familiar o económica son los más desfavorecidos.
Esperando ser atendido/a con la máxima prontitud, tal y como la situación lo demanda, se despide atentamente,

y aquí tenéis el enlace a la web del Defensor del Pueblo:

Es un trámite muy sencillo y del todo oficial, así que aprovechemos esta otra vía de queja, antes de que se carguen al Defensor del Pueblo...

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